Fidel Ernesto Vásquez I

7.Oct.2011 / 06:06 pm

 

Por Ernesto Villegas Poljak/Ciudad Caracas

Uno no sabe si cayeron en una trampa de Henry Ramos Allup para fortalecer la posición de AD dentro de la MUD o si, por el contrario, todo fue cerebralmente calculado por los líderes de la “gente pensante de este país”, como suele describirlos Carola Chávez.

Puede que sean tan, pero tan inteligentes, y uno tan, pero tan bruto, que la operación de reivindicación histórica de Carlos Andrés Pérez y su canonización como icono de la oposición venezolana sea una jugada maestra de la MUD para contrarrestar la insólita popularidad del presidente Hugo Chávez. Puede que el razonamiento sea: “Ustedes tienen su líder convaleciente, nosotros nuestro prohombre fallecido”. Quién sabe. Cosas de gente inteligente.

Lo cierto es que los jóvenes precandidatos presidenciales de la oposición y los jefes políticos de partidos y partiditos antichavistas tenían años invirtiendo esfuerzos y recursos en construir una imagen fresca, deslastrada del desprestigio asociado a la IV República, del que trataron de desmarcarse casi tanto como de la V. Militantes de la desmemoria, a cada mención de ese pasado respondían que ellos nada tenían que ver con eso, pues eran unos chamos y chamas para aquel tiempo, y ahora, como Obama, sólo proponían al país mirar hacia adelante, como la Caperucita cuando va de excursión por el bosque.

Ramos Allup montó su tinglado funerario en la antigua casa de Acción Democrática en El Paraíso. Adeco es adeco hasta que se muere, pero CAP tuvo que morirse para volver a entrar a un predio de ese partido político. La escogencia del lugar probablemente obedeció a razones de espacio. O quién sabe si consideraron demasiado cruel llevar el ataúd a la Casa Nacional, en La Florida, la misma donde un día del cual ahora nadie quiere acordarse sesionó el CEN que expulsó al “gocho” de la familia blanca.

Al decorado adeco, presidido por un gigantesco pendón con la imagen de un CAP de patillas largas y banda presidencial, se sumó el coro reivindicatorio de la TV, la radio y la prensa antichavistas, que se encadenaron para difundir interminables horas y cuartillas de alabanzas a Pérez.

Como los policías corruptos, que se prestan para limpiar el expediente de criminales, la faceta del CAP protagonista de escándalos de corrupción (Sierra Nevada, partida secreta, cuentas mancomunadas…) fue matizada –cuando no olímpicamente borrada– de su currículum, al igual que su responsabilidad en crímenes contra los DD HH: asesinatos, desapariciones y torturas de cuando fue “ministro policía” de Betancourt y Presidente por primera vez, así como la represión del Caracazo en su segunda tanda. Todo eso fue sobreseído por el tribunal mediático, muy dado a lo que la “gente pensante” suele criticar cuando le conviene: la reescritura de la historia.

Al margen de adornos, maquillajes y cálculos, la identificación de la oposición venezolana con CAP tiene un saldo positivo para todos y es que sincera el debate planteado de cara al 2012. Ya no debe quedar duda de que la oferta de la MUD es la misma de CAP, quien prometió bonanza y bienestar para luego aplicar el paquete neoliberal y plomo al pueblo. Para ser coherentes con esa onda de sinceridad, el próximo paso debería ser un homenaje nacional a Pedro Carmona Estanga el próximo mes de abril de 2012, cuando se cumplen 10 años del golpe.

¿O esperarán a que se muera, como Carlos Andrés Pérez, para reivindicarlo y usarlo de bandera?