Fidel Ernesto Vásquez I

24.Jun.2012 / 10:10 am

La población de Curiepe es el mayor exponente de esta tradición, los festejos se inician con una misa mayor en honor a su nacimiento para luego abarcar todo el resto del día recorridos por las calles de la población al ritmo de bailes, cantos y toque de tambores en una conjugación del santo y comunidad. Curiepe lucha por mantener viva su identidad a través de su costumbre y cultura. Es la esencia para mantener su espíritu que vibra en el repique del tambor y cabalgar en cada una de las caderas ardientes de sus hermosas mujeres invitando a sentir y disfrutar del calor de la tierra al son de la mina.

El 24 de junio es el día de San Juan en el santoral de la Iglesia Católica. La celebración del santo está empalmada entre la devoción de San Juan Bautista (también conocido como San Juan Guaricongo o San Juan de la Risa) y los bailes de tambor en su honor. Esta fiesta se convirtió para los negros esclavos de Barlovento, durante la colonia y después de ese proceso a lo largo del siglo XIX, un rencuentro con los ritmos ancestrales de las danzas del tambor. La fiesta sanjuanera llegó a tener rol de una función anímica liberadora.

La descarga agotadora de los cantos colectivos, velorios, paseos del santo y encierros de la imagen contribuyeron a olvidar, durante las celebraciones, la explotación esclavista que detentaba privilegios por parte de los patrones y las decisiones del cimarroanaje que confundía las fiestas con creencias y supersticiones las cuales fueron heredadas o aprendidas en las haciendas de cacao.

El día de San Juan es una fiesta alegre y popular, en ella parece cumplirse aún la palabra con la que el ángel Gabriel anunció a Zacarías su natividad al mundo: “Muchos se regocijarán en su nacimiento”; y en efecto aun se siguen alborozando en todo los rincones basados en esa universalidad de celebración magna de la cultura negroide. Sus descendientes invocaron las raíces antiguas de las tradicionales de San Juan Congo o Guaricongo. El tambor barloventeño expresa esta fecha un concepto de amplitud universal por cuanto fue y es un medio de comunicación inherente a casi todas las culturas de la tierra, sus notas esgrimen expresiones de la paz y la guerra, y en lo intermedio para recrear los espíritus humanos, en su redoblar van liberando las inhibiciones humanas que se dejan ver las ansias de las necesidades insatisfechas y de los sufrimientos.

En esa sensualidad fue arropando y contagiando los enjambres humanos de manera tal que la comunidad con su tambor es como un presente para el regocijo anunciado a Zacarías.

A San Juan se le relaciona con el agua, tal vez por la condición de Bautista que se le asigna en la simbología católica, motivo por el cual en la mayoría de los sitios donde se le rinde culto al santo, se le baña en el río y luego de santificada el agua se bañan sus devotos con invocaciones.

La población de Curiepe es el mayor exponente de esta tradición, los festejos se inician con una misa mayor en honor a su nacimiento para luego abarcar todo el resto del día recorridos por las calles de la población al ritmo de bailes, cantos y toque de tambores en una conjugación del santo y comunidad. Curiepe lucha por mantener viva su identidad a través de su costumbre y cultura. Es la esencia para mantener su espíritu que vibra en el repique del tambor y cabalgar en cada una de las caderas ardientes de sus hermosas mujeres invitando a sentir y disfrutar del calor de la tierra al son de la mina.

La fiesta de San Juan Bautista también es una ocasión para la cábala y otras prácticas, creencias y supersticiones como la que indica: Echar un huevo en el agua de un recipiente en la medianoche del día 23 y revisar muy temprano o al mediodía del 24 el mensaje que se supone puede leerse en la figura que se forma. Estos mensajes suelen ser la aparición o llegada de un novio o un hombre, un viaje, muerte próxima, matrimonio. También es propicia para cortar el cabello o las uñas para que crezcan bonitas, así como no bañarse en un río por la tarde, porque es el día en que Lázaro bañó a los perros para quitarles la sarna.

Las conmemoraciones culturales-religiosas en Barlovento son un culto a su identidad autóctona. Hoy día sus fiestas son efemérides con carácter nacional por haber sido elevado a Patrimonio Cultural del estado Miranda.