Artículos archivados en 3 mayo 2012

  • Fiesta de la Cruz de Mayo

    El motivo principal de la fiesta de la Cruz de Mayo en Venezuela y en otros países del mundo es rendir a la naturaleza un homenaje por ser en mayo la entrada de la estación de las lluvias, elemento propicio para la exaltación del ánimo telúrico, del cual disfrutan en conjunto personas animales y cosas; asimismo a una resurrección de la hábitat, a una reactivación de la vitalidad aletargada por la sequía; es una verdadera orgía de colores, de perfumes, de paisajes, de frescura.

    En Venezuela, a partir del día 3 de mayo y con características diferentes según la región, se venera la Cruz de Mayo, celebrándose en su honor numerosas ceremonias que son organizadas por sociedades o cofradías o por iniciativa particular, en las cuales se pagan promesas formuladas generalmente por motivos de salud o por devoción. Se improvisan altares donde se coloca la cruz en caminos, casas particulares o locales donde funcionan sociedades de la Cruz.

    Muchas veces la Cruz está acompañada por otras imágenes tales como las ánimas benditas del Purgatorio, El Niño Jesús y San Antonio de Padua.

    En el estado Miranda la celebración a la Cruz de Mayo es una tradición fuertemente arraigada, donde ésta es venerada mediante el ritual de los velorios de Cruz. El fervor del pueblo se va a expresar con celebraciones durante todo el mes que se prolongarán hasta el 31, fecha de la coronación…

    Para ello, el creyente, elabora la Cruz con madera, ubicándola siempre en un lugar alto y visible; pintada de azul o caoba es vestida con papeles de colores y adornada con flores campestres, tales como rosas, jazmines, malabares, trinitarias y clavellinas. El altar generalmente es hecho con una armazón de caña amarga arqueada y muy bien labrada conformando una especie de nicho forrado con sábanas y adornado con cintas de colores.

    Durante toda la noche y hasta el amanecer, se realiza un ritual en el que todos los celebrantes colocados frente a la Cruz expresan invocaciones, seguidas de oraciones, del rosario cantado o rezado y luego los recitadores de décimas se van alternando con cantos de fulía, que pueden ser de contenido religioso o profanos, y son interpretados por solistas que se suceden y reciben respuesta del coro de asistentes.

    Los instrumentos acompañantes varían según la zona geográfica, los más usuales son: el cuatro, que da la base armónica; el plato de peltre, que se emplea como instrumento idiófono al rasparlo rítmicamente con un cuchillo, tenedor o cuchara; una o varias maracas; un número variable de pequeños tambores bimembranófonos llamados tamboras o tambores de fulía; y finalmente, las palmadas de los asistentes que trasmiten el carácter vivaz y alegre de la fulía.

    El velorio es una fiesta colectiva donde cada quien aporta algún elemento del plato tradicional, de esta manera se sirve el carato, las gallinas para el sancocho, las verduras, hallaquitas de chicharrón y el postre, conformado por pelotas o tembladores, gofios, buñuelos, tejas, cazabes, naiboas y otros.

    En sus oraciones, las celebrantes piden por la prosperidad de las cosechas y por la salud de los enfermos; también rezan para alejar las epidemias que azotan los campos o para protegerse del maligno o diablo.