Fidel Ernesto Vásquez I

3.Dic.2011 / 01:53 pm

El presidente de Uruguay, Pepe Mujica, resaltó este sábado que ningún capital vale más defensivamente que andar juntos por encima de las diferencias.

En su discurso, durante la segunda sesión plenaria de la Cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), este sábado 3 de diciembre, destacó que la palabra autodeterminación ha desaparecido del lenguaje de las cancillerías del mundo rico y el drama de esta época es ser o no ser. En este sentido, puntualizó que la necesidad de que los países de América Latina y el Caribe se junten viene impuesta por la naturaleza de los hechos.

“Nuestras patrias, que son hijas de la historia, necesitan un alero que las proteja para seguir siendo en todos los aspectos. Pero ese alero sólo lo puede brindar el poder disuasivo de andar juntos, de lo contrario seremos una hoja al viento”, expresó.

Asimismo, apuntó que la integración no está a la vuelta de la esquina, señaló que hay obstáculos externos e internos, así como puntos débiles que deben ser atendidos.

“El punto débil más fuerte que tiene es que no hemos logrado una penetración en la conciencia pública masiva de los movimientos sociales. No hay un paro de los obreros portuarios por la integración, no paran las universidades de América Latina donde está la supuesta inteligencia como un gesto por la integración de América Latina”.

Destacó que existe un trabajo que va más allá de las Cumbres y que precisa calor de pueblo. “Detrás de Bolívar estaban los llaneros, detrás de Artigas estaban las masas pobres y analfabetas”, indicó y apuntó que mucho más hay que hacer en la agitación de la conciencia de nuestros pueblos.

“Si no tenemos el aliento, el empujón, la participación de los que andan de a pie, en los cerros, en la negritud olvidada, en los pueblos indígenas, no tendremos la fuerza de este tamaño desafío”.

Mujica advirtió que, algún día, quienes han ignorado al sur mirarán hacia el sur casi como un gesto defensivo e insistió “para ese entonces tenemos que estar juntos y fuertes, y no cometer el error del dogmatismo».

Dijo que los países más grandes de América Latina precisan estar rodeados y apoyados por todos. “Es la hora de entender que necesitamos nervios comunes y una política defensiva común, porque la soberanía del viejo Estado nacional esta hackeada en contra de los débiles”.

Se preguntó cual es el tribunal que puede laudar en la defensa de la Amazonia, “quién va a defender la plataforma continental cuando digan el mar es de la humanidad, a qué tribunal va a apelar la República Argentina por el derecho a su soberanía en las Malvinas”.

Y sentenció: “Ningún capital vale más, defensivamente, que el tener la grandeza de andar juntos por encima de las diferencias que se puedan tener”.