Artículos archivados en 8 octubre 2010

  • Che: Siempre presente!

    El mundo recuerda hoy al Che Guevara, al que nunca se ha ido, al que ha trascendido todos los olvidos decretados, todos los errores y fracasos en el camino de la emancipación definitiva del ser humano.

    Para confirmarlo basta con mirar cualquier manifestación contra la opresión, por la libertad y la justicia: la imagen del Che atraviesa como ninguna otra, ese mundo de banderas, pancartas y carteles.

    Asesinado por órdenes de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA), cuarenta y tres años atrás, el Che se convirtió en un símbolo de la rebeldía y la esperanza de los pueblos por un futuro de justicia social.

    Ernesto Guevara fue hecho prisionero el 8 de octubre de 1967 tras el combate en la Quebrada de Yuro Bolivia, donde con su grupo se enfrento una fuerza militar numéricamente superior del ejército del régimen del general René Barrientos.

    Luchó, hasta que una bala enemiga inutilizó su rifle. Herido en una pierna y con una presencia de ánimo que hizo temblar a su ejecutor, el Che fue asesinado al día siguiente en una humilde escuelita en el sitio de La Higuera.

    No porque ocultaran sus huesos por largo tiempo se pudo derribar la imagen, ni los sentimientos que mueve, este revolucionario argentino cubano, que predicó con el ejemplo.

    Había nacido en Rosario, Argentina el 14 de junio de 1928. Seis años después se trasladó con su familia a la provincia de Córdoba, donde inicia sus estudios de bachillerato. Allí conoció a su amigo Alberto Granados.

    Después, en 1945 el Che Guevara alterna sus estudios de Medicina en Buenos Aires con el trabajo voluntario en un Instituto de Investigaciones Alérgicas. El asma lo acompañó toda la vida y aun así anduvo por llanos y montañas, atravesó ríos y helados paramos, durante su accionar revolucionario.

     

     

    Su famoso viaje en motocicleta en 1951 junto con Alberto Granados, es una muestra de su carácter decidido y una prueba de la avidez que tenía por conocer a fondo su tierra latinoamericana.

    Graduado de médico en 1953 y tras ser declarado inepto para cumplir el servicio militar obligatorio, el joven Guevara viaja en tren a Caracas donde se reúne con Granados que trabajaba entonces como médico en el leprosorio de Cabo Blanco.