Artículos archivados en 24 junio 2012

  • La Batalla de Carabobo: Herencia que tiene nuestro ejército revolucionario

    Volver a Carabobo hasta la emancipación definitiva de nuestra patria con nuestro lider, el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías

    Aunque la duración de la batalla de Carabobo, aquel 24 de junio de 1821, varía según los historiadores, se estima que el combate se extendió por una hora, aproximadamente. Una hora en la que, según el propio Simón Bolívar en su comunicado del 25 de junio de ese año, una quinta parte de las tropas patriotas (calculadas en 6.400 soldados) derrotaron a los realistas, más de 6.000 hombres.

    Pero ese día no sólo fue un hito para la independencia de Venezuela. El 24 de junio también es el Día Nacional del Ejército porque fue la primera vez que las tropas venezolanas asistían uniformadas al campo de batalla, recuerda Marcos Landaeta, profesor de Pensamiento Bolivariano en la Academia del Ejército.

    Landaeta apunta que aunque la primera Academia del Ejército había sido creada en 1810, una década más tarde no se habían sistematizado los estudios, pero las tropas tenían la formación de la guerra independentista. Habría que esperar a 1830 para que la academia comenzara a formar de manera consecuente a los primeros oficiales de la República.

    Aquel traje que usaron en el campo de Carabobo había sido bregado por Bolívar, que desde 1819 había invertido los fondos encontrados en Bogotá, para una reorganización militar progresiva, dotar a sus hombres de nuevos uniformes, equipamiento y armamento, comenta Fernando Falcón, docente de Historia en la Universidad Central de Venezuela.

    El relámpago

    Bolívar dispuso de tres divisiones: una comandada por José Antonio Páez, otra por Manuel Cedeño y una tercera por Ambrosio Plaza.

    A tempranas horas del 24 de junio, narra Héctor Bencomo Barrios en Campaña de Carabobo de 1821, el Libertador hizo un reconocimiento del enemigo desde el cerro de Buenavista y llegó a la conclusión de que el frente y el sur del campo serían infranqueables, pues las tropas realistas de Miguel de la Torre cerraban el paso en los caminos a El Pao, por el sur, y a San Carlos, por el oeste.

    El movimiento de las divisiones de Páez y Cedeño comienza por el flanco derecho, a pesar del fuego de la artillería enemiga. De la Torre ordena al batallón realista “Burgos” que se dirijan hacia los patriotas.

    El encuentro se da una vez que los “Bravos de Apure” (batallón guiado por Páez) han atravesado, uno por uno, el riachuelo de Carabobo. Los bravos se vieron obligados a replegarse varias veces hasta que llegó el apoyo del batallón llamado “Cazadores Británicos”, conformados por ingleses.

    El profesor Landaeta resalta la valentía que tuvo aquella Legión Británica, la cual fue dirigida por el coronel Thomas Iddleston Ferriar y trajo 17 oficiales y 119 hombres de tropa. Sin embargo, la motivación británica en apoyar la independencia tenía que ver con intereses económicos y con la necesidad de mantener la influencia del viejo continente, tras la expulsión de la corona de Estados Unidos.

    Los Cazadores Británicos, entonces, hicieron que el batallón Burgos retrocediera, y avanzaron en la sabana junto a los “Bravos de Apure”. Luego, la caballería de Páez doblegó el avance de nuevos batallones realistas.

    Al mediodía, los realistas ya estaban escapando. Cedeño y Plaza había caído en el campo de batalla y el Libertador le confirió a Páez el grado de general en jefe. La batalla había terminado.

    Para Landaeta, en la victoria ese 24 de junio “se unió el genio con el ímpetu: el genio de Bolívar con el ímpetu de Páez y Ferriar”.

    Carabobo hoy

    El sueño emancipador que sustentaba a la batalla de 1821 sigue siendo una piedra de toque en el pensamiento militar de nuestros días.

    Para el viceministro de Educación para la Defensa, general Luis Bracho, en el siglo XIX nuestros próceres lucharon por traer la libertad, mientras que “en este momento las guerras son realizadas por las grandes potencias que quieren llevar opresión a los otros países y continuar con los intereses colonialistas que prevalecían en el siglo pasado”.

    Por su parte, el profesor Landaeta apunta que el pensamiento inclusivo y humanista de Bolívar sigue vigente en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, pues esta última ha sido construida sobre la base de la defensa en libertad y democracia, toda vez que se trabaja por una integración cívico-militar.

    “Es la herencia que tiene nuestro ejército del día de hoy. Por eso es importante que los jóvenes cadetes, los jóvenes oficiales del Ejército Nacional Bolivariano conozcan la doctrina libertadora, la doctrina bolivariana”, señala Landaeta.

    El balance de la batalla, su valor para la independencia y el fin de la opresión, fue resumido poéticamente por Eduardo Blanco: “Tres siglos de absoluto poderío quedaban sepultados por aquella jornada. Venezuela se levantaba libre, del polvo enrojecido con la sangre de sus hijos, y golpeaba con sus pesados grillos la espalda de sus dominadores. La tiranía vencida se abate espantada”.