Artículos archivados en 16 junio 2012

  • Arturo Michelena: 149 años de su natalicio

    En la ciudad de Valencia con un poco menos de catorce mil habitantes (diez años después de su nacimiento en 1873 de acuerdo al primer censo, la ciudad arrojaba un total de 16.340 habitantes), denominada la “ciudad nuevera”, por que sus moradores se recogían a las nueve de la noche (Galindez,1991:105); la tranquilidad de la pequeña ciudad tocaba el umbral de la tristeza, cuando un 16 de junio de 1863 nace Francisco Arturo Michelena Castillo. Fue el segundo hijo de Juan Antonio Michelena militar y pintor quien sería en el año de 1854 Director de la recién fundada Escuela de Dibujo y Pintura (Grooscors,1968:74); y de Socorro Castillo, hija de Pedro Castillo, retratista y autor de los murales de la Casa del general José Antonio Páez en el centro de Valencia, años atrás Boves tomaría preso, a don Pedro y lo obligaría a pintar cincuenta tambores.

    Ese año de 1863 marcaría el final de la guerra larga o Guerra Federal, el día siguiente al nacimiento de Michelena, se reúne la Asamblea Constituyente en La Victoria ; resigna Páez el mando y lo recibe Juan Crisostomo Falcón, iniciándose la Federación de los liberales. El ejecutivo carabobeño o gobierno regional para el año de 1863 fue muy inestable: lo inició el Dr. Gonzalo Cárdenas, luego el general Jesús María Lugo. Después dos gobiernos provisorios; el primero compuesto por Dr. Gregorio Paz, Nicolás Silva (hijo) y Dr. José A Zárraga; el segundo por los doctores Gregorio Paz, José A. Zárraga y el general José R. Tello (Apuntes Estadisticos de Carabobo 1875).

    Arturo Michelena abordó temas tan variados como los paisajes bíblicos, las corridas de toros, el retrato familiar, el desnudo, la mitología, los equinos (su gran pasión), en su cuidadoso y delicado paisajismo. Y sobre todo, fue un cautivador de la figura humana.

    Su muerte prematura (35 años) le priva a la humanidad del genio maduro; ya que nos dejará comenzando ese maravilloso viaje mágico de su creación ; pero lo que cuenta en su obra creadora es lo que nos dejó, en su carrera contra el tiempo y la muerte , y no lo que ha podido hacer.

    En su extensa obra se puede constatar rasgos realistas, románticos, parnasianos e inclusos algunos críticos ven rasgos impresionistas, pero a Michelena no le interesó lo que la escuela impresionista aportaba.

    Su obra puede ser considerada como el producto de su eclecticismo y apego a las reglas de la Academia Francesa de la época. En manos de Michelena la pintura llegó a tener características que no siempre se alcanzan con los escuálidos medios de las artes plásticas.

    En algunas de sus obras se perciben a veces como ciertas tonalidades sonoras que es más frecuente hallar en otras expresiones de arte, cuando son evocadas por la pintura es porque ésta ha representado sus propias limitaciones e invade campos más amplios, despertando sensaciones de la más alta emotividad.

    Arturo Michelena, recibirá su primera formación en su casa natal ubicada en la antigua calle Puerto Cabello, hoy Díaz Moreno, cruce con calle el Sol, hoy calle Páez; era una modesta vivienda, ya demolida (por el afán de acabar con el pasado arquitectónico y convertir el centro de Valencia en un laberinto de locales comerciales) y en el comercio actual solamente queda una inadvertida placa (colocada en 1948) que señala a los distraídos transeúntes, que en ese sitio nació Arturo Michelena.

    Según Juan Calzadilla (1997, tomo III: 155-156) Michelena estudiaría en un colegio que, en Valencia, regentaba Alejo Zuloaga. Pero es necesario recordar que el insigne educador Alejo Zuloaga, fundó y dirigió el Colegio “Cagigal” a partir del primero de septiembre de 1874 (Frassato,1988,23), cuando Michelena contaba con once años. La mayoría de los escritores y estudiosos valencianos del pintor, coinciden en señalar que Michelena estudió en el Colegio “Ramírez”, fundado en 1868 por Lisandro Ramírez (Saturno G,1988 – Grooscors,1968), cuando el pintor contaba con cinco años.

    La escritora Luisa Galindez (1991:291) señala que un condiscípulo de Michelena decía que en la escuela pintaba todo lo que veía; pizarrones, mesas, tinteros y hasta dibujaba siluetas. Más tarde , de acuerdo con Luis Augusto Nuñez (1967), recibirá lecciones de una dama francesa, Constanza de Sauvage, discípula del pintor francés Eugenio Deveria; ella le enseña a distribuir mejor los colores, a aprovechar mejor la luz y le imprime algunos conocimientos técnicos que ella había adquirido.

    En 1874, Michelena dibuja su Autorretrato (grafito y carboncillo sobre papel) a los once años de edad. Será presentado al escritor Francisco de Sales Pérez, caraqueño (1836-1926); escritor, periodista, empresario y político. Sus artículos, firmados en su mayoría con el seudónimo “Justo”, son recopilados en las obras Costumbres Venezolanas (1876) y Ratos Perdidos (1878), ilustrada esta última por Michelena. Realizará 10 imágenes con lápices, creyones y acuarela, y recibe como obsequio una caja de creyones de colores, acompañadas por unas palabras estimulantes: “Arturo quiero asociarme a tu gloria futura regalándote los primeros pinceles” (Planchart: 1952). Pérez con intereses económicos y políticos en Caracas y Valencia (accionista de empresas textiles y fábrica de aceites, desempeñará la cartera de Fomento en 1867 y la Presidencia Provisional de Carabobo en 1904), le tomará gran cariño al niño y, convertido en su protector, le presenta en el circulo de amigos de Guzmán Blanco con la intención de gestionarle una pensión de estudios. Así Michelena realizará su primer viaje a Caracas en compañía de su padre.

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