Fidel Ernesto Vásquez I

4.Feb.2012 / 03:36 pm

Entre la multitud, cerca de los monolitos de Los Próceres, en Caracas, rodeado de dos hombres mayores, marchaba Fernando Soto Rojas, diputado y ex presidente de la Asamblea Nacional; a todos los que se les acercaban les advertía: «Hoy, por primera vez, marchamos los guerrilleros del 60 y del 70».

«Nos alzamos 40 años atrás cuando vimos que era inviable políticamente el pacto de Punto Fijo, que iba a conducir al país al desastre», agregó mientras seguía, a paso rápido, el oleaje rojo que asistía a los actos para conmemorar los 20 años de la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992.

El ex guerrillero enumeró, sin titubear, las faltas que caracterizaron al Puntofijismo: «el delito de la corrupción, el delito del empeño de la soberanía del país y el delito de la represión, la masacre, los muertos y los desaparecidos».

De inmediato hizo un recuento fugaz sobre sus movimientos en febrero de 1992. «El día 2 tuve una reunión urgente con Douglas Bravo y Gabriel Puerta; brinqué a Valencia, fui a Barquisimeto; puse a la gente alerta».

«Cuando iba llegando aquí, a Caracas, ya los tanques venían rodando», recordó sonriente. Bajó el ritmo de la caminata, miró a unas abuelas marchar con su bastón y susurró: «Es el aliento popular».