Artículos archivados en 2 diciembre 2011

  • Presidente Correa critica a OEA y denuncia a medios privados ecuatorianos

    Con críticas a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a los medios privados de comunicación, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, centró su discurso durante la Cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

    «Necesitamos un nuevo sistema interamericano, la OEA ha sido históricamente capturada por intereses norteamericanos», por lo cual se vuelve «ineficiente y poco confiable», expresó el mandatario.

    Como ejemplo, Correa recordó la guerra en la islas Malvinas, entre Argentina y Gran Bretaña en 1982, cuando Estados Unidos no cumplió Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (Tiar), acuerdo de defensa mútua adoptado por los países del continente Americano en 1947.

    En el caso de Malvinas, Washington irrespetó el tratado respaldando a Inglaterra.

    Correa se preguntó por la razón de que se discutan los problemas en Washington.

    Explicó además que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la OEA, tampoco es respetada por Estados Unidos ya que Washington no reconoce el pacto de San José de Costa Rica.

    Con este acuerdo, firmado en 1969 y puesto en vigencia en 1978, las naciones que lo avalaron se comprometieron «a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna».

    Correa también envió un mensaje a la sociedad estadounidense, explicando que es «un error» analizar lo que sucede en la actualidad de América Latina «desde la realidad actual de Estados Unidos».

    «Necesitamos un nuevo sistema interamericano y la Celac tiene un rol enorme» para lograr esto.

    Medios privados: el poder fáctico

    Como «poder fáctico» calificó Correa a los medios privados de comunicación que operan en América Latina y el Caribe, y alertó sobre el poder indiscriminado que utilizan para desestabilizar gobiernos y lucrarse con la información.

    El mandatario ecuatoriano exhibió dos videos donde se explica el funcionamiento de estos medios en su país y la estrecha relación que tienen con grupos opositores.

    En uno de los videos se pudo observar cómo se calificaba al presidente como «tirano», «hipócrita» y «pitufina», además de calificar al gobierno como «neonazi».

    Por esta razón, la administración ecuatoriana presentó una demanda judicial contra el periodista del diario El Universo, Emilio Palacio.

    Debido a esto, el gobierno fue atacado por supuestamente no respetar la libertad de expresión.

    «Cansado de más de cuatro años de una sistemática campaña mediatica para destruir la reputación del presidente y desestabilizar, respondimos enjuiciando a un medio, entonces ahora resulta que atentamos contra la libertad y los derechos», señaló Correa.

    El presidente ecuatoriano explicó que en el juicio contra El Universo, el gobierno presentó como pruebas 150 editoriales injuriosos y que si ese medio se rectificaba, la denuncia dejaba de tener valor como lo estipula la Constitución del paós.

    «Desconocieron el tribunal y no fueron. Toda acción judicial se detenía si se rectificaban (…) pero nunca lo quisieron», indicó el Jefe de Estado.

    En el otro video mostrado por Correa se explicó que la información del país es manejada por ocho familias que ostentan el poder mediático y tienen estrechas vinculaciones con grupos financieros.

    El mandatario denunció que en estas compañías existe la censura previa y más de 50 periodistas fueron despedidos por su supuesto apoyo al gobierno.

    En el video se analizó también la tergiversación mediática mientras se intentaba dar un golpe de Estado contra el gobierno, hecho sucedido en septiembre de 2010.

    Correa explicó que los medios privados criticados presentaron denuncias contra su administración en la CIDH, por lo cual se confirma que en muchos casos los poderes fácticos superan a los Estados.

    «Ahora que los Estados están manejados por gobiernos democraticos se lo acusan de dictadura», cuando los grandes medios apoyaron y lucraron durante los régimenes militares en el continente.

    Correa analizó que debido a que la información es manejada como un negocio, se pierde la ética y el profesionalismo, y sólo se permite la libertad de empresa.

    El presidente señaló que, como en la época de la colonia «cuando decían que criticar al rey era criticar a Dios, custionar a los negocios de los medios es criticar la libertad de expresión».

    «Estamos en contra de la mentira, contra la falsedad, contra esos negocios corruptos que han lucrado de su poder informativo, secuestran la verdad y hasta nuestras democracias. Es hora de hacer algo», enfatizó Correa.