Fidel Ernesto Vásquez I.

15.Ene.2011 / 12:06 am

Aniversario 82 de su natalicio.

La lucha contra las políticas segregacionistas y las violaciones de los derechos civiles en Estados Unidos que en 1968 le costaron la vida al reverendo afroamericano Martin Luther King, será recordada este 15 de enero, natalicio 82 del insigne defensor de los derechos humanos en ese país norteamericano.

Estados Unidos, gobernado por un presidente negro que al igual que Luther King es galardonado con un premio Nóbel de la Paz, es una gran potencia donde persisten los males sociales contra los que luchó King, tal y como quedó evidenciado en la comparecencia del gobierno de EEUU ante la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU a fines del pasado año y en las actividades colaterales que diversas instituciones pro derechos humanos realizaron.

El país donde nació Luther King, quien una vez dijo: “I have a dream” (Yo tengo un sueño), está lejos de alcanzar a ser el sueño del líder afroamericano. Hoy día es la cuna de la promoción del liberalismo económico que tanto daño ha causado a los pueblos, escenario permanente de violación de los derechos civiles no sólo de los negros sino también de los inmigrantes latinoamericanos y de otras minorías, incluyendo la indígena.

Martin Luther King nació en Atlanta, Estados Unidos, el 15 de enero de 1929. Los norteamericanos, desde hace ya algún tiempo, disfrutan el tercer lunes de enero como día feriado en conmemoración al nacimiento del luchador social.

Luther King luchó incansablemente a favor de los derechos civiles de la población negra norteamericana, humillada a diario por la aplicación de leyes profundamente discriminatorias, aunque su gesta contó con gran parte de la sociedad.

Las normativas legales prohibían que los negros asistieran a la misma escuela, clubes o iglesias que los blancos.

No podían ir sentados junto a los blancos en los autobuses, entre otros desprecios a las personas descendientes de africanos.

Ante este panorama de injusticia y abuso existían tímidas organizaciones en pro de los derechos civiles de los negros que no lograron hacer mella a la maquinaria racista de los años 50 en EEUU.

En la acera del frente se ubicaban los blancos, con grandes y planificadas organizaciones, movimientos y asociaciones que legitimaban y sustentaban la discriminación racial y el abuso.

Algunas de ellas eran públicas y legales, otras clandestinas, perversas y sádicas como el Ku Klux Klan.

En ese momento histórico de Estados Unidos, surge una figura, negra, elocuente, académica , profesional y con madera de líder.

Martin Luther King con su verbo encendido dio las herramientas a la población negra de Norte América para que todos tuvieran un sueño de libertad e igualdad.

El discurso más emblemático, hermoso y profundo por la lucha en pro las reivindicaciones sociales lo pronunció Martin Luther King el 28 de agosto de 1963 ante centenares de ciudadanos.

Los asistentes provenía de una marcha que partió desde Birmingham (Alabama) hasta Washington, donde se concentraron más de 250.000 mil personas no únicamente negros, todos congregados frente al Licoln Memorial Park.

En ese escenario Luther King pronunció su magistral y recordada idea: “Yo tengo un sueño”. Con esa frase inmortalizó la lucha por la igualdad social y contra la discriminación racial que ha servido de base para que los movimientos alrededor del mundo, a lo largo de estos 48 años, sustenten sus luchas.

La repercusión de esta movilización fue tal que el Congreso de los Estados Unidos en 1954 aprobó el Acta de los Derechos Civiles.

Al año siguiente se aprueba igualmente el Acta del Derecho al Voto en todos los Estados de la Unión Americana.

Lucha contra la guerra

La lucha del pastor Luther King traspasó las fronteras de EEUU cuando se solidarizó con la tragedia ocurrida en otros países pobres o en guerra como el caso de Vietnam, país oprimido por la presión imperial.

Hoy, el líder negro se recuerda más ante una Ley Arizona que ha mellado sustantivamente los derechos de los inmigrantes de tez mestiza y ante los desmanes de los drones asesinos contra la población civil de Afganistán o Paquistán.

Por aquella acciones solidarias Luther King recibe en 1964 el premio Premio Nóbel de la Paz.

Sin embargo, en 1967 cuando el pastor pronunció su discurso titulado: “Por qué me opongo a la guerra en Vietnam” ofrecido a los feligreses de la Iglesia de Ebenezer el 30 de abril, fue el punto de partida para los ataques de la prensa norteamericana.

Al respecto New York Times tituló el editorial de ese día: “El error del Dr. King”: “Los hechos pueden ser duros, pero no justifican semejantes calumnias…No hay respuestas simples ni fáciles para la guerra de Vietnam ni para la injusticia racial en este país”. Así, el diario minimizó el significado de la prédica de Luther.

Sin embargo, el contenido de ese sermón, tan atacado por la gran prensa capitalista de su país, hoy en día mantiene una particular vigencia por las guerras e invasiones que Estados Unidos se empeña en mantener en Iraq y Afganistán, donde miles de jóvenes estadounidenses han muerto lejos de sus familias al tratar de cumplir designios colonizadores de su gobierno y otros cientos de miles de civiles de esos países han caído bajo la metralla mortal, la misma que asesinó a Luther King.

El 4 de abril de 1968, James Earl Ray, un desequilibrado mental del propio sistema, accionó su arma de fuego contra el pacifista de 39 años de edad. Era una tarde luminosa en Memphis Tennesse, cuando la vida del mayor luchador social de Estados Unidos era apagada por la bala de la irracionalidad, intolerancia y el poder.

Un ejemplo para las Américas

No obstante el sueño de Luther King se esparció por toda nuestra América para unirse en la memoria histórica al héroe de las Segovias Augusto César Sandino en Nicaragua, a Emiliano Zapata de México, al “Che” Guevara caído en Bolivia, a la gesta de Fidel Castro en Cuba y a muchos otros que incansablemente han empeñado la vida, alma y corazón por la independencia y la liberación de los pueblo de América Latina del yugo y opresión del norte.

Al referirse a la importancia de suscribir una Carta Social para las Américas, el presidente Hugo Chávez recordó al insigne estadounidense cuando expresó que la Carta “debe ser compromiso irrenunciable de lucha de batalla para que el grande día de la América sea ahora en este siglo, para que el sueño de Martin Luther King y de todos nosotros vaya convirtiéndose en realidad, para que la independencia que nos dieron nuestros Libertadores no haya sido en vano, para que tengamos un mundo en igualdad, en justicia y por tanto un mundo de paz”.

Martin Luther King iluminará cada vez más el camino del pueblo norteamericano en la lucha por los derechos humanos, expresó el líder cubano en una de sus reflexiones sobre el gobierno de Obama y el bloqueo a Cuba.

El destacado cineasta norteamericano Danny Glover también ha recordado al insigne luchador como un referente crucial y al hacer un llamado por la libertad de los 5 antiterroristas presos en EEUU, expresó: “Los invito a ustedes a que se organicen y unan a compañeros de estudio, profesores, ejecutivos, familiares y amigos para revivir el espíritu del Dr. Martin Luther King Jr., quien dijo: “la injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia de todas partes”, y a hacer un llamado a nuestro gobierno a implementar nuestras obligaciones morales y legales para con la justicia y el derecho Internacional”.

Verónica Morales