Artículos archivados en 13 diciembre 2010

  • Carlos Escarrá: El PSUV no se sorprende por actitud conspirativa de Baltazar Porras

     

    El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no se sorprendió por la noticia que publicó este domingo el portal WikiLeaks, donde se pone en evidencia que el arzobispo venezolano Baltazar Porras solicitó al ex embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, que su país interviniera para “contener” al presidente Hugo Chávez y derrocarlo.

    Así lo manifestó este lunes el miembro del buró político del PSUV, Carlos Escarrá, en rueda de prensa efectuada en la sede principal del partido, en el sector Maripérez de Caracas.

    “Lo de Baltazar Porras lo hemos sabido siempre, esa es la actitud de ellos, es conspiración y es hasta actitud de cobarde en lo personal”, expresó Escarrá.

    “Eso no nos sorprendió, eso lo sabíamos. Esperamos que Dios lo perdone por todo esto”, subrayó.

    Porras de rodillas

    El arzobispo Baltazar Porras pidió al Gobierno de Estados Unidos (EEUU) intervenir en Venezuela para “contener las aspiraciones” del presidente de la República, Hugo Chávez, dice un documento confidencial elaborado en enero de 2005 por el entonces embajador en Caracas, William Brownfield, publicado por el portal WikiLeaks este domingo.

    La información contenida en el cable titulado “Arzobispo venezolano insta al gobierno de Estados Unidos postura más crítica contra Chávez”, fue enviado por la Embajada de EEUU en Venezuela al Consejo de Seguridad Nacional en Washington y a la sede del Comando Sur del Pentágono, reseñó el portal web de Telesur.

    En el documento, el ex embajador Brownfield explica cómo Porras le comentó que “el gobierno de Estados Unidos debería ser más explícito en sus críticas contra Hugo Chávez. Porras instó a la comunidad internacional más participación para contener las aspiraciones regionales de Chávez”, precisa el escrito.

    En la reunión sostenida entre Brownfield y Porras, el 6 de enero de 2005, el representante de la cúpula eclesiástica venezolana le dijo que “en cuanto mayor sea la espera del gobierno de Estados Unidos para contener a Chávez”, más difícil sería lograrlo.

    Traición de la iglesia al pueblo

    En el documento también se expresa la voluntad de Porras de utilizar supuestos programas sociales para ayudar a las zonas populares, para que la administración de EEUU se infiltrara en ellos y pudiera concretar acciones para derrocar al gobierno del presidente Chávez.

    Porras puso a disposición de Washington las instalaciones y programas sociales en las zonas populares que son gestionados por la Iglesia Católica, con tal de que las acciones norteamericanas fueran canalizadas y concretadas para derrocar al Gobierno venezolano, precisa la información filtrada por WikiLeaks.

    De igual manera, “se ofreció a facilitar los esfuerzos del Gobierno de EEUU en Venezuela a nivel de la comunidad para demostrar que la iglesia, el sector privado y otros pueden tener un impacto positivo sobre los pobres de Venezuela”.

    El documento revelado pone de manifiesto las intenciones de Estados Unidos en conjunto con sectores de oposición de Venezuela y de entidades como la Iglesia Católica para desestabilizar al país y derrocar al gobierno venezolano elegido democráticamente por el pueblo.

    Baltazar Porras, presidente del consejo de obispos católicos de Venezuela, fue uno de los actores del golpe de Estado en abril de 2002 contra el Gobierno del presidente Hugo Chávez, siendo uno de los firmantes del decreto golpista de Pedro Carmona Estanga, y desde entonces ha mantenido una línea de férrea oposición contra el Jefe de Estado.

    Injerencia e intervención estadounidense

    La abogada estadounidense-venezolana Eva Golinger ha denunciado en reiteradas ocasiones que durante ocho años la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (Usaid) ha financiado partidos y organizaciones políticas, ONG y medios de comunicación en Venezuela, ayudándolos a crecer, a unificarse, y alimentando a sus dirigentes con dólares, asesoría estratégica y recursos para sus actividades políticas.

    “La Usaid no tiene ningún acuerdo ni autorización alguna del gobierno de Venezuela para estar en el país realizando actividades políticas e intervencionistas. Sin embargo, ha permanecido en Venezuela todos estos años, financiando y ayudando a diseñar cada campaña electoral de la oposición, alimentando el conflicto político y violando los más básicos principios de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos”, denunció Golinger en un artículo el pasado mes de septiembre.

    Un informe desclasificado del Departamento de Estado, enviado por el entonces Embajador William Brownfield desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas en abril 2005 al secretario de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional (NSC), destacó como el Instituto Nacional Democrático (NDI) y el Instituto Internacional Republicano estaban trabajando “con los partidos de la oposición para ayudarles a sobrevivir como instituciones políticas relevantes a través de un proceso de renovación y fortalecimiento de los partidos”.

    “En enero 2005 NDI comenzó la implementación de un programa de un año con 500 mil dólares enfocado en la transformación de los partidos… De principal importancia sería la motivación y participación de fuerzas reformistas (jóvenes líderes, mujeres, sociedad civil) para que cambios necesarios ocurran” en las elecciones legislativas.

    Esta información revelada por Golinger mostró que los candidatos de la oposición para las elecciones legislativas de 2005 fueron “no sólo financiados, entrenados y formados por las agencias estadounidenses, sino también seleccionados por ellas mismas”.