Fidel Ernesto Vásquez I.

16.Nov.2010 / 12:10 am

 

A 11 años del proceso revolucionario que vive en Venezuela, no se puede permitir que se cierren los portones de la independencia que está llevando al país a transitar por el camino de la esperanza y el verdadero desarrollo nacional, junto a la participación protagónica del pueblo organizado.

Con esa premisa el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, cerró la V edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, cuyo acto fue realizado este lunes en el Teatro Teresa Carreño, en Caracas.

“Nosotros no podemos permitir que se cierren los portones de la independencia, porque sería el fin de toda esperanza. Ustedes muy bien saben que hemos comenzando una etapa de estos dos años que viene, que van a ser muy duros. Estamos obligados a incrementar los grados de consciencia y fortalecer la cohesión del pueblo. Que no nos vayan a dividir porque la batalla es crucial para los próximos años del siglo XXI”, advirtió.

Luego de entregar el premio al filósofo argentino-mexicano, Enrique Dussel, por su obra Política de la liberación. Volumen II, Arquitectónica, el presidente Chávez destacó que la Revolución Bolivariana tiene que seguir haciendo grandes esfuerzos para continuar consolidando el liderazgo colectivo.

“Nuestra Revolución tiene que seguir haciendo grandes esfuerzos para que ese liderazgo colectivo continúe fortaleciendo en las distintas corrientes políticas, los poderes locales, los movimientos sociales”, enfatizó.

Citando al Libertador Simón Bolívar, destacó la necesidad de desmontar el viejo edificio de la arquitectura política “y construir sobre estas ruinas un nuevo edificio venezolano”.

El Mandatario mencionó que el pensamiento crítico era la única alternativa para liberar la historia, entender el pasado y “liberar a los muertos, liberar el pasado de la tumba histórica, para que el pueblo descubra su propia realidad, pues hasta ahora ha estado engañado”.

Explicó que el poder obedencial, unas de los conceptos en la obra de Enrique Dussel, debe ser un signo distintivo de un poder político nuevo, pensado y desarrollado en la praxis con un método distinto, “que nos vaya alejando de ese pasado que sigue amenazándonos en el presente”.

Expresó que la visión de los partidos de la cuarta República incluye la corrupción económica y moral del país, por tanto, representan una amenaza latente dentro de la misma sociedad venezolana.

“Eso es natural que suceda. Carlos Marx lo señalaba: La sociedad nueva nace contaminada de la vieja. Pero debemos tener consciencia de esa contaminación y además generar los anticuerpos y las vacunas y reducir los grados de contaminación de la vieja sociedad. Sólo así irá apareciendo en el horizonte la sociedad nueva, la Patria nueva”, reflexionó.

Frente a ese escenario, dijo que la esperanza de un mundo de mayor justicia e igualdad depende de la construcción de un socialismo guiado por la sabia participación del pueblo.

Mencionó por ejemplo que en Venezuela la participación de los 21 voceros y voceras del Poder Popular en la primera sesión del Consejo Federal de Gobierno, realizada este lunes en Caracas, es un paso significativo en esa dirección.

Liderazgo y democracia participativa

Al recibir el premio, el filósofo Enrique Dussel Ambrosini destacó que en la izquierda, en general, y en el pensamiento crítico no se ha analizado suficientemente la función del liderazgo en el crecimiento del ejercicio de la democracia participativa.

“Pareciera que para muchos el ejercicio de la democracia participativa se opone al liderazgo que frecuentemente fue estudiado dentro de la problemática de la vanguardia y en este momento el vanguardismo no puede defenderse y el liderazgo es atacado por no cumplir las exigencias de la democracia. Queremos superar esta falsa que puede ser definida como las exigencias democráticas del liderazgo”, manifestó.

“El pueblo emerge como un actor colectivo de una pluralidad de movimientos sociales y demanda necesidades, por ejemplo: La vivienda. Es decir el ejercicio de una democracia participativa exige una cultura nueva del pueblo”, agregó.

Indicó que “ejemplo de esto son los pueblos originarios habitados al ejercicio comunitario una cultura en la base está garantizada, saben bien lo que es la comunidad. En la Revolución boliviana, El pueblo Aimara”.

Potencia petrolera

Durante el acto, el Jefe de Estado además señaló que el país se prepara para ser una potencia petrolera, fuente de energía para el mundo.

Con esta aseveración el mandatario hizo referencia a la Faja Petrolífera del Orinoco, reserva de hidrocarburos líquidos más grande del mundo, con aproximadamente 513 mil millones de barriles de petróleo.

“Venezuela se prepara para ser fuente de suministro de energía para el mundo. Ya nuestro petróleo está llegando al Mar Negro, a Ucrania, Bielorrusia y Turquía”, dijo.

Chávez revisó y recomendó varios libros, entre ellos: Petrodiplomacia y Economía en Venezuela, de Andrés Guissepe.

En este sentido, el Presidente dijo que efectivamente el petróleo juega un papel muy importante en la diplomacia integral de Venezuela, pero este recurso nunca será usado como elemento perturbador o con fines imperialistas, sino que “esa riqueza será para cancelar la gran deuda histórica acumulada”.

Agregó: “Compartiremos nuestra riqueza con otros pueblos del mundo, la usaremos con sentido fraterno”.

Chávez también instó a la población a leer y a formarse cada vez más, al tiempo que los invitó a visitar la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), que se desarrolla en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda, en Caracas, desde el 12 al 21 de noviembre.