Fidel Ernesto Vásquez I.

11.Nov.2010 / 02:51 pm

El mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, descartó que las naciones de la región obtengan algún resultado positivo de la Cumbre del G-20 porque “la mayor parte de los países reunidos, los más poderosos, no tienen voluntad de permitir cambio alguno en lo que llaman “la arquitectura financiera y económica internacional”.

El mandatario se refirió al encuentro -que inicia este jueves en Seúl, Corea del Sur- en una entrevista telefónica realizada por el Correo del Orinoco, en la que destacó que “más allá de las buenas posiciones” de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y de Argentina, Cristina Fernández, sus expectativas son bajas.

“No podemos esperar nada sino de nosotros mismos, por eso es tan importante la firma del convenio entre Fidel y este servidor, estos diez años de convenio de cooperación que hemos relanzado para diez años más”, aseveró el mandatario.

A principios de la semana, Chávez se reunió en La Habana con su homólogo, Raúl Castro, para reimpulsar el acuerdo de hermandad con Cuba con más de veinte proyectos de complementación económica, y revisar, con el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, algunos temas de la agenda internacional.

Chávez resaltó que con el acuerdo de hermandad establecido desde hace diez años, Cuba y Venezuela han dado ejemplo de iniciativas propias e independientes de la hegemonía financiera mundial.

Asimismo, destacó como otro paso hacia la independencia económica el establecimiento del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), la moneda virtual que permitirá a las naciones latinoamericanas “liberarse de la dictadura del dólar y de la arquitectura financiera internacional”.

Bajar tensiones con Colombia

En el ámbito regional, el mandatario venezolano resaltó su interés en continuar “bajando las tensiones” con el vecino país, luego del restablecimiento de la relaciones entre ambas naciones acordada el pasado 10 de agosto en Santa Marta junto a su homólogo neogranadino, Juan Manuel Santos.

Chávez insistió en la necesidad de “poner por delante el interés de nuestro pueblo; seguir bajando las tensiones, fundamentándonos en el respeto y el reconocimiento a la soberanía del otro y la existencia del otro”.

El presidente venezolano enfatizó que esa relación debe mantenerse, independientemente de las diferencias políticas o ideológicas, ya que Caracas y Bogotá han dado ejemplo de ello durante muchos años.

“Así ocurrió durante los años de Andrés Pastrana; no hubo mayores problemas. También fue así en la mayor parte de la gestión de Álvaro Uribe; hubo roces y pequeños conflictos, pero nunca había pasado a mayores como la locura que ocurrió al final”, expresó Chávez, en referencia a las falsas acusaciones que esgrimió contra Venezuela el embajador de Uribe ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso Hoyos, y que provocaron la ruptura diplomática a mediados de este año.

Extrema derecha en evaluación

El Jefe de Estado también revisó junto al líder cubano, Fidel Castro, los resultados de los comicios parlamentarios en Estados Unidos en los que los sectores de la extrema derecha, representados por el Partido Republicano, obtuvieron espacios que eran claves para los demócratas.

Al respecto, Chávez comentó que habría que evaluar el impacto de esos resultados en la región porque “tampoco en la era Obama han ocurrido cambios apreciables con relación a América Latina”, ya que durante su gobierno se dio golpe de estado en Honduras, la intentona en Ecuador y han persistido las presiones en contra de Venezuela y Bolivia.

“También se mantiene el bloqueo contra Cuba”, agregó el mandatario, al tiempo que consideró inadmisible que Obama haya incumplido su promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo en la isla debido a las presiones de la extrema derecha estadounidense.

“¿Un presidente no puede cerrar una cárcel? Es el colmo. Siempre he pensado que en Estados Unidos la extrema derecha nunca ha dejado de gobernar”, aseveró.

“Hasta ahora pudiera apreciarse una radicalización hacia la derecha del gobierno de Obama. Que ahora esa extrema derecha, aprovechando las debilidades del Presidente y de su Gobierno, haya recuperado espacios, pues habrá que evaluarlo”, puntualizó Chávez, quien reiteró que la actual administración de Washington fue una ilusión.

“Uno mismo no dejaba de tener, quizá por ser optimista, alguna esperanza de que Obama le imprimiera un giro a la política exterior, respetar la soberanía de los pueblos, pero parece que se desató la furia de la extrema derecha, que ahora ocupa nuevos espacios”, dijo.