Fidel Ernesto Vásquez I.

31.Oct.2010 / 12:56 am

Hoy se cumplen 69 años del nacimiento del Cantor del Pueblo, Alí Primera, y aunque “cada día se siente más su ausencia, lo sentimos vivos en nuestros corazones”.

Así se expresó la hermana del cantautor paraguanero, Mireya Padilla, desde la casa materna convertida hoy en museo, donde Alí se pasea aún, entre sus discos, su poesía, sus amigos y sus recuerdos.

“Todo lo que tú ves aquí son cosas que tenía nuestra madre Carmen Adela, nuestro vientre sonoro”, dice Mireya, directora de la Casa Museo Alí Primera.

Y es que todo lo que se respira allí, recuerda al cantautor nacido el 31 de octubre de 1942, para sembrar conciencia y justicia a través de sus canciones.

Cada año, decenas de personas de todo el país, llegan a la casa de Alí a cantarle el cumpleaños.

“Para nosotros es muy hermoso recibir todos los días gente que llega de todas partes y te abrazan y dicen: Esta es la sangre de Alí. Yo los recibo como hacía mi madre. La gente se emociona y hasta lloran por él. Eso es hermoso, cada día sentimos a Alí más vivo”.

Fue la madre de Alí, Carmen Adela, quien comenzó a cosechar las memorias del cantautor, cuya obra musical y ensayista fue declarada, por la Asamblea Nacional, patrimonio artístico y cultural de la República Bolivariana de Venezuela, en febrero del 2005.

“Mamá empezó con unos afiches y fotos que le traía Alí de conciertos y entrevistas que le hacían”.

Fueron tantas las cosas que recogió, que la casa se le hizo pequeña, y surgió la idea de construir un museo.

En el 2008 se inauguró la Casa Museo Alí Primera, en el municipio Los Taques, donde está su memoria grabada en fotografías, pinturas, poemas, canciones, libros, bibliografías, artesanías y cerámicas.

También fue su madre quien comenzó “con un cuadernito” el libro de registros que hoy lleva miles de firmas de las personas que han visitado su casa en los últimos 24 años.

“Ya llevamos cuatro libros de registro, y el primero fue el que firmó el presidente de la República Hugo Chávez”.

El legado de Alí

“El legado de nuestro Padre Cantor es tan inmenso, tan grande, que abarca a todos los niños de cada comunidad que queremos ayudar”, dice su hermana Mireya.

Refiere que no solamente dejó su música y su canto, sino que esparció conciencia entre los venezolanos.

“Alí siempre protestó por la injusticia, sobre todo por los niños que andaban descalzos pidiendo en la calle, aguantando sol. Eso a él le daba dolor, porque él quería ver a esos niños estudiando y jugando”.

Por eso dijo que comparte las políticas sociales y de inclusión del Gobierno Nacional, destinadas a favorecer a los que menos tienen.

“El presidente Hugo Chávez le está dando la mano a las personas que estaban muy abajo y las está subiendo. Si te pones a ver, antes no había cómo enviar a los muchachos a la universidad y ahora sí, y hasta las personas mayores estudian”, expresó.

“Quizá muchos no estén de acuerdo con lo que hace nuestro Presidente, pero gente como uno, de pocos recursos, se siente feliz del trabajo que se está haciendo en las comunidades y en los pueblos”.

“Yo recuerdo que mi papá tenía que buscar agua en el centro de salud para que nosotros tuviéramos agua en la casa. Aquí no teníamos ni agua ni luz. Y ahora el avance es bastante, lo que pasa es que hay gente que se hace el ciego o el sordo”.

“Es como le dijo mi mamá a nuestro Presidente cuando vino a conocerla: Hijo, usted va a terminar de hacer lo que quiso hacer Alí”.

“Y lo está haciendo, sólo que falta por hacer muchas cosas más porque este país estaba por el suelo”.

Un homenaje al Cantor

Para conmemorar el día de su cumpleaños, desde hace 24 años la familia Primera realiza una jornada cultural para entregar “Mil juguetes a mil niños paraguaneros”.

Cada 31 de octubre la casa se llena de niños, de juegos y de música por el cumpleaños de Alí.

Artistas, grupos musicales y culturales, danzas, el pueblo todo se acerca a la casa a rememorar al Cantor del Pueblo.

“Es hermoso estar aquí todos los días recibiendo visitas de todas partes y ver como cada día la gente ama más a Alí. Esta casa museo es una bendición porque es el sueño de mi madre hecho realidad”.

La Casa Museo Alí Primera consta además de un anfiteatro, áreas verdes, parque infantil, una plazoleta y bancos para el disfrute de los visitantes.

En sus espacios, en los mismos donde escribió algunas de sus canciones, se dictan talleres de pintura, música y arte a los niños.

“Aquí estamos todos los días dándoles la bienvenida y un abrazo”, dice Mireya, mientras los niños del taller de música entonan una de las canciones…