Fidel Ernesto Vásquez I.

18.Ago.2010 / 06:42 am

Antonia Muñoz

Muchas veces dentro de los partidos se usa el término “Quinta columna” para descalificar a alguien que por sus acciones es considerado desleal o traidor a la causa de la que se trate. Incluso, nos atrevemos a afirmar que algunos usan el término casi en forma indiscriminada, como una muletilla. Conocemos a unos cuantos que para ocultar su intolerancia ante la opinión de los demás, llaman “Quinta columna” a todo aquel que cometa el sacrilegio de opinar distinto o contradecir una opinión emitida por éllos o por el líder a quienes siguen. Son personas que no admiten otro parecer distinto al suyo. Sin embargo, es necesario retroceder un poco en el tiempo para comprender que en su inicio no se usó el término en forma peyorativa. Por el contrario, quien por primera vez acuñó la expresión lo utilizó para referirse a un grupo de ciudadanos que él consideraba afectos a su causa y que en silencio trabajaban a favor de su causa.

La expresión “Quinta columna” se le atribuye al General franquista Emilio Mola, quien la usó durante la Guerra Civil Española (17 de julio de 1936 – 01 de abril de 1939). Esta guerra fue escenificada por buena parte del Alto Mando Militar que se sublevó contra el gobierno legítimo de la Segunda República Española del Frente Popular, gobierno éste apoyado por el movimiento obrero, los demócratas constitucionales y los nacionalistas periféricos, entre otras fuerzas republicanas. El Alto Mando Militar sublevado fue apoyado por un partido de inspiración fascista conocido como Falange Española, además por la jerarquía de la iglesia católica y las fuerzas de la derecha conservadora.

Al General Emilio Mola le tocó organizar y comandar cuatro columnas de rebeldes sublevados, que tenían la misión de tomar Madrid y vencer a los republicanos que resistían en la capital de España. El aludido general organizó el avance hacia Madrid desde cuatro sitios diferentes: Toledo, Extremadura, La Sierra y Sigüenza. Probablemente como estrategia psicológica para acelerar en la rendición de quienes resistían en la capital de España, el General Mola, supuestamente repetía insistentemente a través de la radio que: además de las cuatro columnas de alzados que él comandaba, ya en Madrid había una “Quinta columna” allanándole el camino a las cuatros que iban en camino. La “Quinta columna” a la cual el General hacía referencia, estaba compuesta por madrileños que apoyaban al grupo de militares franquistas sublevados. Como es fácil deducir, el General Emilio Mola no podía haber utilizado el término en forma peyorativa para referirse al grupo que en Madrid estaba trabajando a favor de la causa que él defendía. Esa “Quinta columna”, real o creada para desmoralizar a los republicanos, obviamente estaba en contra del gobierno legítimo. Por supuesto que para los republicanos, esos madrileños eran unos traidores al gobierno legítimamente constituido, y al que se supone deberían guardar lealtad.

Los Quinta Columnas de hoy

Para quienes creemos, defendemos y trabajamos para sostener el gobierno Bolivariano y Socialista que dirige Hugo Chávez Frías, los “Quinta columnas” son los venezolanos y venezolanas que han sido capaz de expresar: que es preferible que nos invada los Estados Unidos antes que nos gobierne el Presidente Chávez. Quien así se exprese lo puede hacer por dos razones: 1. por desconocimiento de lo que representa y cuáles son las verdaderas intenciones del imperio norteamericano para con el pueblo venezolano, para con los pueblos latinoamericanos y para con los pueblos del mundo en general 2. No quieren a su Patria “ni un “tantito así”. Esto no significa intolerancia hacia la oposición. Muchos de nosotros algún día fuimos oposición y luchamos por un cambio, pero ni de casualidad nos pasó por la cabeza la opción de preferir ser colonia o un protectorado de los gringos, con tal de salir de los gobiernos de la cuarta República. Por eso, parte de la formación ideológica que debemos realizar en el PSUV, tiene que estar orientada a que nuestro pueblo conozca a partir de hechos reales, quien es el imperio norteamericano.

Otro ejemplo de “Quinta Columna”, son aquellos que celebraban y celebran las agresiones de Uribe hacia nuestro país y hacia el Presidente Chávez. Agresiones como acusarnos ante la OEA y ante el mundo, a través de su Embajador y a través de su Canciller, de ser país santuario de los grupos insurgentes colombianos. Celebrar como una gracia que un propuesto Embajador como Larry Palmer, descalificara a nuestras Fuerzas Armadas como lo hizo. En mi opinión, la “Quinta Columna” más mortífera contra la Revolución Bolivariana son los Medios de Comunicación que, lanzando la ética periodística a las cloacas putrefactas, y con objetivos claramente partidistas y anti nacionalistas, se dedican exclusivamente a tergiversar, magnificar y mentir en relación a hechos que causan angustia, pánico, zozobra y desesperanza en la población venezolana.

A los Medios de Comunicación que adversan a la Revolución Bolivariana, no le estamos pidiendo clemencia, ni que dejen de informar sobre lo que consideren errores de nuestro gobierno, los cuales nosotros debemos revisar por aquello de la utilidad de la crítica para enderezar entuertos. Tampoco le pedimos que nos hagan publicidad, sólo se les pide que informen verazmente, porque la población tiene derecho a saber la verdad de los hechos. Sólo le pedimos que recuerden que este país tiene leyes que estamos todos obligados a cumplir, incluidos los periodistas y los dueños de Medios. Por eso es intolerable que muchos de Uds. recurran al chantaje de acusar al gobierno de violar la libertad de expresión, cada vez que no dejan otra salida que acudir a las instancias correspondientes para darle un alto a la impunidad y hacer justicia.

Finalmente, por ahora, en mi modesta opinión también pertenecen a la “Quinta columna” contra el proceso revolucionarios, aquellos que por desconocimiento o por trepadores, se infiltran en todos los partidos para “chupar”, violando abiertamente la Ética Socialista, ya que sus prédicas nada tienen que ver con sus prácticas del día a día. ¡No hay nada que desencante más al pueblo que los fariseos, aquellos que dicen, pero no hacen! En conclusión, los “Quintas columnas” siempre juegan un papel muy triste.